Ojo de pollo

operación de ojo de gallo

Los ojos de pollo son una condición médica muy común en nuestra sociedad, pero también resulta muy molesta. Estas dolorosas callosidades, formadas por capas endurecidas de la piel, suelen desarrollarse en áreas de los pies que son sometidas a fricción repetida y presión excesiva.

El ojo de pollo suele desarrollarse en personas que usan calzado de punta estrecha, ya que éste comprime los dedos, provocando que las protuberancias óseas rocen aún más entre sí. Este problema no solo puede causar dolor y molestias al caminar, sino que también puede limitar la movilidad y afectar la calidad de vida.

Los síntomas que suele provocar son: dolor intenso, enrojecimiento, inflamación, picazón, sensación de ardor, punzadas, hipersensibilidad en la zona y la aparición de una protuberancia dura y redonda en la región afectada. La cirugía podológica emerge como un tratamiento eficaz y seguro.

¿Cómo se sacan los ojos de pollo?

Los ojos de pollo son callosidades que se forman en los pies debido a la fricción repetida y la presión excesiva en áreas específicas. Estas lesiones cutáneas pueden ocasionar molestias, dolor y dificultar la capacidad de caminar. Para su tratamiento y solución definitiva, se recurre a la cirugía, un procedimiento realizado por un podólogo especializado en cuidado podal.

Tras someterse a la cirugía de un ojo de pollo, resulta indispensable seguir las indicaciones del podólogo para garantizar la total recuperación. Seguir todos los consejos del podólogo, mantener la zona bien hidratada, utilizar calzado cómodo y ancho, evitar actividades que generen fricción y realizar revisiones regulares es fundamental.

¿Cómo es la cirugía de un ojo de pollo?

La cirugía para eliminar un ojo de pollo implica la extracción cuidadosa de las callosidades y tejidos circundantes que las componen. Primero, el podólogo aplicará anestesia local para garantizar que el paciente no sienta dolor durante el procedimiento. Posteriormente, con instrumental específico, se cortarán y removerán las capas endurecidas de la piel.

Este proceso permite eliminar la fuente de molestias y dolor, promoviendo así la recuperación del paciente. Una vez completada la cirugía, se brinda asesoramiento sobre el cuidado podal adecuado para facilitar la recuperación y prevenir la recurrencia de las lesiones cutáneas. El paciente suele experimentar alivio inmediato después de la cirugía y puede reanudar sus actividades cotidianas con mayor comodidad.

¿Qué especialista trata el ojo de pollo?

El ojo de pollo es tratado por un podólogo, un profesional médico especializado en el cuidado de los pies y sus afecciones. En nuestra clínica podológica encontrarás un equipo de podólogos perfectamente cualificado para diagnosticar y tratar una amplia gama de problemas relacionados con los pies, incluidos los ojos de pollo. Nos ayudamos de técnicas como la cirugía en aquellos casos en los que resulte necesario. La podología será tu mejor aliada contra este problema podal.

¿Se dice ojo de pollo u ojo de gallo?

Ambos términos, tanto ojo de pollo como ojo de gallo, se emplean indistintamente para referirse a esta callosidad del pie. La elección del término puede variar según la región geográfica o las preferencias personales, pero ambos describen la misma condición médica.

¡Deshazte de una vez por todas del ojo de gallo que te está haciendo la vida imposible!