Siento desilusionarte, pero las plantillas no son para toda la vida. No se trata de obsolescencia programada ni mucho menos. Como los neumáticos de los coches o nuestras propias zapatillas, el uso acaba desgastándolas. Las plantillas están en continuo rozamiento y si eres runner, las utilizas/maltratas mucho más. Es por ello que desde Clínica del Pie Luis Salvador siempre recomendamos hacer una revisión de las plantillas al año de haberlas estrenado. Nuestra ITV. En este artículo te explicamos el porqué y te damos consejos para cuidarlas.

Las plantillas no duran eternamente

Como te decimos, la durabilidad de las plantillas es temporal. A más kilómetros más desgaste o pérdida de propiedades por lo que dependiendo cual sea el tipo de material con las que estén configuradas, la actividad del corredor, peso, técnica de carrera y gesto biomecánico hará que sus soportes plantares requieran de vez en cuando un paso por el podólogo… Incluso puede que no haya más remedio que tener que hacer unas nuevas si su desgaste es excesivo. Un podólogo de confianza será el que te asesore en esta decisión.

Ahora bien, en tu mano está que las plantillas puedan durar más tiempo. Debes de ser tú quien las cuide lo mejor que pueda para que te duren más tiempo y conserven mejor sus propiedades. Así que no se trata de ponerlas dentro del calzado y no volverlas a sacar hasta que te cambias de zapatillas a principio de temporada.

Consejos para cuidar bien tus plantillas

Hay que limpiar las plantillas. Igual que tu cuarto cuando eras pequeño, las plantillas no se limpian solas. Revisa y retira los restos de arena, polvo y otras partículas que puedan haber entrado en el calzado. Lo ideal es lavar las plantillas mínimo 1 vez por semana o cada vez que tu entrenamiento haya sido en la montaña o la playa y lávalas bien con un paño o toallita húmeda. Jamás utilices la lavadora.

Cuidado con su secado. Déjalas secar en un ambiente seco pero que no le dé el sol directo, sobretodo en épocas de mayor calor, por ejemplo en balcones o ventanas. Tampoco, cerca de fuentes de calor, como pueden ser radiadores y chimeneas. Nunca utilizar la secadora.

Mucho cuidado con el cambio de calzado. De hecho, cada vez que cambias tus plantillas de calzado, o al de calle o a las otras zapatillas de entreno debes hacerlo con cuidado para que las torsiones que se aplican no sean perjudiciales y modifiquen tanto la estructura de la plantilla, como para evitar que se arrugue la cobertura y pueda generar ampollas y otras lesiones dérmicas.

 

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