Elegir las zapatillas que más se adaptan a nuestro pie se ha convertido en un arduo proceso. Puede ser una experiencia agobiante, pero una buena elección de las zapatillas de deporte te ayudará a conseguir el máximo beneficio a tu carrera. El dolor de cabeza llega atendiendo a la gran variedad de opciones y de tipos de calzado que se encuentran en las tiendas. Esto, nos lleva, erróneamente, a tomar la decisión en base al precio y el diseño.
¿Qué debo de tener en cuenta para elegir mis zapatillas de deporte?
Una de las primeras cosas a determinar es el modo de andar de la persona, el tipo de pie y su pisada. Hace unas semanas lo explicamos en un artículo. Pronador, supinador o con pisada neutra. Debes de saber que la mayoría de las personas se ubican en las categorías neutra y pronador. De hecho, sólo el 3% o 4% tienen una pisada supinadora.
Sólo por poner un ejemplo. La recomendación es que los pronadores utilicen un calzado con una suela un poco más rígida, como el que se sugiere para las personas con más peso corporal. Ahora bien, aquí entran en juego dos variables más que suelen ir relacionadas, como son el peso y la frecuencia con la que se va a correr. En este caso, una persona que corre dos veces por semana está en un nivel de iniciación, por lo que suele tener un peso mayor que un corredor que lo hace cinco veces por semana. El corredor más activo, necesita un zapato más ligero con menos amortiguación, mientras que para los otros se recomiendan zapatillas con más amortiguación y estabilidad.
La superficie en la que se va a correr, a tener en cuenta para tus zapatillas nuevas
Otro elemento a tener en cuenta es la superficie en la que se va a correr, si es asfalto, tierra o una mezcla. El tipo de agarre es importante para obtener el mayor rendimiento. El ejemplo gráfico es el de una bicicleta, si necesitas una de montaña o de carretera. Si utilizas una suela para correr en montaña sobre el asfalto el pie se te enganchará constantemente aumentando el nivel de esfuerzo y el riesgo de lesiones. Lo que se necesita en este caso es un calzado deslizante que permita desplazarte mejor.
El siguiente paso es elegir el tamaño del zapato. Recomendamos que este sea un poco más grande que el calzado que la persona utiliza a diario. Para que te sirva como referencia, debe de ser como un dedo horizontal entre el pie y la punta del zapato. Esto tiene un porqué. El pie se dilata por el calor y aumenta de tamaño, por lo que llevar una zapatilla justa podría causar ampollas y uñas negras.
Una vez hayas tenido en cuenta todas estas variables, ya estás en disposición de elegir. Tranquilidad, aún estás a tiempo de hacer tu carta a los Reyes Magos. Al fin y al cabo, si especificas bien el modelo de zapatilla, sus majestades